El Báculo del Obispo: Oración intercesora
By Bishop James R. Golka
¡Feliz otoño! A medida que salimos del verano y nos adentramos en el otoño, llega el momento de la vuelta a la escuela y de retomar nuestras rutinas y el ritmo de vida diario. También es importante que mantengamos un ritmo y una rutina en lo que se refiere a la oración y a nuestra vida espiritual. A menudo, cuando la vida se vuelve ajetreada y agitada, es fácil abandonar el hábito de la oración. Siempre vamos a estar ocupados, pero tenemos que recordar que debemos inspirarnos en María, la del Evangelio, que se sentó a los pies de Jesús y “eligió la mejor parte” (Lucas 10, 42), y reservar tiempo cada día para encontrarnos con Jesús, de modo que él sea siempre el centro de nuestras vidas.
Otra pregunta importante en la que pensar es ¿cómo oramos? ¿La oración siempre es solo pedirle cosas a Dios y pedirle que nos ayude? Esto ciertamente no es algo malo, ya que Jesús nos manda en la oración: “llamen y se les abrirá” (Mateo 7, 7). Sin embargo, la oración debe ir incluso más allá de nuestras necesidades. También debe dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros: “¿Con qué pagaré al Señor todo el gran bien que me hizo?” (Salmo 116, 12). Pero una de las formas más hermosas de orar es la oración de intercesión. La oración de intercesión es cuando oramos por los demás, y cuando también pedimos a los demás que oren por nosotros. El Catecismo tiene una hermosa enseñanza sobre la oración de intercesión: “En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca ‘no su propio interés sino [...] el de los demás’ (Flp 2, 4), hasta rogar por los que le hacen mal” (CIC, 2635).
La oración de intercesión nos quita el foco y abre nuestros corazones al amor de Dios y al amor de los demás. También nos recuerda que estamos rodeados de los santos del cielo, que nos aman con un amor más allá de lo imaginable y “por cuya intercesión confiamos obtener siempre... [la] ayuda [de Dios]” (Plegaria Eucarística III). La oración de intercesión nos une en el vínculo del amor y este amor mutuo mueve literalmente a Dios a dispensar su gracia a los demás. Así, mientras crecemos en el hábito de la oración, crezcamos también en el hábito de rezar por los demás y de pedir a los santos que recen por nosotros y por los demás.
Otra forma estupenda de participar en la oración de intercesión es rezar cada mes por las intenciones del Santo Padre. Cada mes, el Papa enumera las intenciones por las que le gustaría que rezara toda la Iglesia. Es una hermosa manera de unir nuestros corazones al corazón del Santo Padre y a sus oraciones particulares como pastor universal de la Iglesia y del mundo. Con el mismo espíritu, voy a iniciar intenciones mensuales para nuestra diócesis, a las que me gustaría invitar a todos los fieles a unirse a mí en la oración. Es una gran oportunidad para que nuestra diócesis se una en la fe, la oración y la caridad. Estas intenciones de oración aparecerán en la página web diocesana, así como en cada número de la revista Herald Magazine, junto con las intenciones mensuales del Santo Padre.
Teniendo esto en cuenta, me gustaría pedir vuestras oraciones por dos grupos importantes de personas en esta época del año. En primer lugar, el Orden de Iniciación Cristiana de Adultos (OICA) se reanuda este mes en la mayoría de nuestras parroquias. Ha habido un verdadero resurgimiento de personas que acuden a nuestras parroquias pidiendo ser bautizadas o recibidas en plena comunión con la Iglesia. La pasada Pascua en nuestra diócesis, tuvimos 206 personas bautizadas y 159 personas recibidas en plena comunión con la Iglesia Católica. ¡Es una cifra impresionante para una Diócesis de nuestro tamaño! Por favor, recen por todos los que están entrando en el proceso de OCIA, así como por nuestros sacerdotes, diáconos, catequistas laicos y padrinos/madrinas que les acompañan en su camino espiritual. Nuestras oraciones y nuestro apoyo son muy poderosos.
Además, en esta época del año es cuando nuestros seminaristas vuelven a sus estudios y les pido que por favor los tengan a todos en sus oraciones. Actualmente tenemos 21 seminaristas en nuestra diócesis y estamos muy bendecidos de que Dios esté llamando a tantos hombres al sacerdocio. También tenemos 14 hombres que están comenzando su formación formal y preparación para ser diáconos permanentes para nuestra diócesis. Las continuas oraciones de ustedes por estos hombres son cruciales a medida que se esfuerzan por conformarse a Cristo y convertirse en dispensadores de los sagrados misterios.
Además de sus oraciones, les pido que también consideren en oración contribuir a la Colecta para los Seminaristas. La formación de nuestros seminaristas es crucial para su futuro ministerio y, aunque somos bendecidos con muchos seminaristas, la formación en el seminario es un gasto muy grande para nuestra diócesis. Para donar a la Colecta para los Seminaristas, visita appeal.diocs.org/seminarians/.
Que todos estemos unidos en los lazos del amor a través de la oración de intercesión y tengan la seguridad de mis oraciones mientras continuamos en este Año Jubilar de la Esperanza.
(Traducido por Luís Baudry-Simón.)
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