¡Feliz otoño! A medida que salimos del verano y nos adentramos en el otoño, llega el momento de la vuelta a la escuela y de retomar nuestras rutinas y el ritmo de vida diario. También es importante que mantengamos un ritmo y una rutina en lo que se refiere a la oración y a nuestra vida espiritual. A menudo, cuando la vida se vuelve ajetreada y agitada, es fácil abandonar el hábito de la oración. Siempre vamos a estar ocupados, pero tenemos que recordar que debemos inspirarnos en María, la del Evangelio, que se sentó a los pies de Jesús y “eligió la mejor parte” (Lucas 10, 42), y reservar tiempo cada día para encontrarnos con Jesús, de modo que él sea siempre el centro de nuestras vidas.