EL BÁCULO DEL OBISPO: Una nueva visión pastoral
By Bishop James R. Golka
Al comenzar la temporada festiva, es importante recordar que entramos en un tiempo sagrado en la vida de la Iglesia. El Día de Acción de Gracias es un día en el que damos gracias a Dios por toda la bondad y las bendiciones en nuestra vida que solo vienen de Él. También recordamos que la Eucaristía significa “acción de gracias”, y en cada Misa damos gracias al Padre por enviar a su Hijo para salvarnos. Después iniciamos el santo tiempo de Adviento, cuando preparamos nuestro corazón para celebrar la Encarnación de Jesús en la Navidad.
A través de su Encarnación, Jesús “se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado” (Vaticano II, Gaudium et spes, 22). Al romper la oscuridad del pecado y la muerte, Jesús restaura en nosotros nuestra gran dignidad como hijos e hijas de Dios creados a su imagen y semejanza. Mi oración es que esta temporada santa sea una oportunidad para que todos nos acerquemos más a Jesús y lleguemos a ser más como Él, para que pueda usarnos para cumplir su santa voluntad en nuestras familias, nuestras parroquias y en nuestra diócesis.
Este también es un tiempo providencial para escuchar con más atención la voz de nuestro Señor y los planes que Él tiene para nuestra diócesis. El 1º de noviembre, la Solemnidad de Todos los Santos, anuncié un proyecto importante para la Diócesis de Colorado Springs. Como recordarán, en octubre de 2021, el Papa Francisco invitó a toda la Iglesia a participar en un proceso de sinodalidad para fortalecer la unidad de la Iglesia y la corresponsabilidad entre sus miembros al servicio de la misión y la evangelización. Durante los últimos cuatro años, la diócesis ha participado en este proceso sinodal mediante reuniones y sesiones de escucha para comprender mejor los signos de los tiempos y las necesidades pastorales de nuestra diócesis. El Papa León XIV ahora ha pedido a la Iglesia participar en la fase final de implementación del Sínodo, en la cual cada diócesis deberá tomar pasos concretos para incorporar el trabajo del Sínodo en la vida y misión de la diócesis entre junio de 2025 y diciembre de 2026. Por lo tanto, esta fase de implementación es una oportunidad providencial para que la Diócesis de Colorado Springs continúe nuestro camino sinodal y emprenda la creación de una visión pastoral trienal centrada en la humildad, la unidad y la caridad. La declaración de misión de esta visión pastoral es la siguiente.
Centrados en la renovación misionera del Concilio Vaticano II y “revitalizando su fuerza profética para el mundo de hoy” la visión pastoral diocesana buscará aumentar la identidad bautismal de todos los fieles para convertirse en discípulos misioneros de Jesucristo. La visión pastoral se enfocará en tres caminos de renovación: Al crecer en humildad a través de un encuentro personal con Cristo y fortalecer la unidad del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, somos enviados por Cristo en caridad para proclamar y dar testimonio del Evangelio de Jesucristo a todo el mundo.
La fase de implementación en la diócesis comenzará formalmente el 8 de diciembre de 2025, el 60º aniversario del cierre del Concilio Vaticano II. La fase concluirá el 12 de diciembre de 2026, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de nuestra diócesis, momento en el cual la visión pastoral será promulgada oficialmente. Durante esta fase de implementación habrá un proceso de oración, discernimiento y formación en toda la diócesis, que servirá como preparación pastoral y ayudará a nuestro Equipo Sinodal Diocesano a formular la visión pastoral. En las próximas semanas se publicará información más detallada.
Finalmente, sentí que la Solemnidad de Todos los Santos era un momento oportuno para anunciar la formación de una visión pastoral diocesana porque estará totalmente ordenada hacia nuestro llamado a convertirnos en santos de Dios y “organiz[ar] a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” (Efesios 4, 12-13). Al comenzar este proceso, les pido que se unan conmigo en oración para que el Espíritu Santo nos inspire y guíe en este trabajo tan importante en nuestra diócesis al continuar la misión de la Nueva Evangelización. Quiero pedir especialmente la intercesión de San John Henry Newman, proclamado Doctor de la Iglesia el 1º de noviembre por el Papa León XIV. Mi esperanza es que su “Oración de la fragancia” se haga realidad en cada uno de nosotros:
Jesús mío:
ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya;
inunda mi alma con tu espíritu y tu vida;
llena todo mi ser y toma de él posesión
de tal manera que mi vida no sea en adelante
sino una irradiación de la tuya.
Quédate en mi corazón en una unión tan íntima
que quienes tengan contacto conmigo
puedan sentir en mí tu presencia;
y que al mirarme olviden que yo existo
y no piensen sino en Ti.
Amén.
(Traducido por Luís Baudry-Simón.)
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