Lo que oyeron les llegó al corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: “¿Qué debemos hacer, hermanos?”. Pedro les contestó: “Arrepiéntanse y háganse bautizar invocando el nombre de Jesucristo, para que se les perdonen los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. — Hechos 2, 37-38.