Creo, ayúdame porque tengo poca fe” (Marcos 9, 24).

En el Báculo del Obispo de la edición del Heraldo del 15 de marzo, se planteó la pregunta que se lleva haciendo desde hace 2.000 años, una pregunta que hizo el propio Jesús: “¿Crees esto?”.

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Bishop Golka's Reflection on the Fourth Sunday of Easter

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Bishop Golka's Reflection on the Third Sunday of Easter

"Les daré un corazón íntegro e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis leyes y pongan por obra mis mandatos; serán mi pueblo y yo seré su Dios”. — Ezequiel 11:19-20

Tal vez haya leído, o leído a sus hijos o nietos, el libro de C.S. Lewis “El león, la bruja y el ropero,” o quizás haya visto la película con un sobrino o sobrina. Si es así, sabrá que al final de la historia hay un momento crítico en el que Aslan el León, que representa a Jesucristo, devuelve la vida a todas las criaturas que la Bruja Blanca había convertido en estatuas.

And I will give them another heart and a new spirit I will put within them. From their bodies I will remove the hearts of stone, and give them hearts of flesh, so that they walk according to my statutes, taking care to keep my ordinances. Thus they will be my people, and I will be their God.” 
— Ezekiel 11:19-20

Perhaps you have read C.S. Lewis’ book or seen the film adaptation of “The Lion, the Witch and the Wardrobe.”  If so, you know at the end of the story there is a critical moment where Aslan the Lion, who represents Jesus Christ, restores life to all the creatures that the White Witch had turned into statues.

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Bishop Golka's Reflection on the Sunday of Divine Mercy

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Bishop Golka's Reflection on the Paschal Triduum

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Bishop Golka's Reflection on the Chrism Mass

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Bishop Golka's Reflection on the Palm Sunday of the Passion of the Lord

Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá: y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”. – Juan 11, 25-26

Kerigma es una palabra griega que significa “proclamación”. El kerigma no es sólo un anuncio de noticias. Es la proclamación de la salvación: que Jesús vino a salvarnos del pecado y de la muerte, y que nos invita a una relación con Él.