Me entristeció mucho escuchar el fallecimiento del Papa Francisco en la mañana del 21 de abril. Fue Vicario de Cristo en la tierra durante doce años y nos desafió de muchas maneras, especialmente a ser testigos gozosos del Evangelio y llamar a la Iglesia a salir a las periferias para llevar la misericordia y el amor de Cristo a quienes más lo necesitan.